La Unión Europea (UE) se negó este viernes a modificar el acuerdo negociado con Suiza sobre su relación bilateral e instó a las autoridades suizas a exhibir “flexibilidad” para tener acceso al mercado único de su principal socio económico.
El presidente de la Confederación Suiza, Guy Parmelin, se reunió en Bruselas con la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una tentativa por hacer avanzar el proceso de negociación, visiblemente estancado.
Al fin del encuentro, el portavoz de la Comisión, Eric Mamer, hundió las esperanzas suizas de modificar los términos negociados y retirar de la agenda los puntos más controvertidos.
“No es aceptable eliminar del acuerdo los puntos que son problemáticos para Suiza”, dijo Mamer.
“Estamos listos para negociar, pero no es posible extraer estos tres puntos del acuerdo”, insistió, en referencia a las persistentes diferencias sobre ayudas estatales, circulación de personas y trato a trabajadores desplazados.
El encuentro entre Parmelin y Von der Leyen se extendió por una hora y media pero “no fue una sesión de negociación”, sino que permitió “proporcionar claridad sobre las posiciones políticas de ambos lados”, según el vocero.
“La puerta de la UE permanece abierta. La parte suiza puede volver a contactarnos para continuar las negociaciones, pero no quiero especular sobre el éxito o no de la negociación”, apuntó Mamer.
La UE y Suiza están empeñados en un esfuerzo para estandarizar el marco legal para la participación de Suiza en el mercado único europeo y establecer un mecanismo de resolución de disputas.
Los “últimos metros”
“En una negociación, los últimos metros son los más duros, pero es posible encontrar compromisos. Solo es necesaria una dosis de flexibilidad de cada lado”, dijo Von der Leyen en un breve discurso de bienvenida a su interlocutor.
De su lado, Parmelin señaló que hubo “intensas discusiones sobre los puntos aún abiertos, y no fueron fáciles”. “Pero se llevaron a cabo con la intención de triunfar. Debemos hacer todo lo posible para consolidar y desarrollar nuestra relación bilateral”, agregó.
En esta negociación, hay mucho en juego para Suiza, ya que la Unión Europea es su principal socio económico.
El acuerdo ha sido exigido por la UE durante más de diez años, pero las negociaciones comenzaron en 2014 y Bruselas considera que se completaron a finales de 2018.
Suiza, en cambio, considera que ciertos puntos siguen siendo polémicos.
La crisis sanitaria a raíz de la pandemia de coronavirus impuso una pausa que representó un largo respiro para el gobierno suizo, pero la UE, aparentemente cansada de las demoras, insta a los dirigentes suizos a posicionarse.
Antes de esta visita de Parmelin a Bruselas, el gobierno federal suizo adoptó un tono de cautela. “Está listo”, dijo un portavoz, sin ofrecer detalles sobre los puntos que restan ser negociados.
La UE establece como condición previa para la celebración de cualquier nuevo acuerdo bilateral de acceso a su mercado, la firma del acuerdo institucional.
Mamer había señalado esta semana que el acuerdo “es crucial para el desarrollo de la relación entre la UE y Suiza y, de hecho, es un requisito previo para la continuación del desarrollo de estas relaciones”.
El presidente del país helvético llegó a Bruselas presionado por los círculos económicos suizos para salvar el acuerdo.